AMEN-RA fue una princesa de Egipto que data del año 1450 A.C. Primeramente fue considerada una deidad del aire, pero más tarde se le asocio a la divinidad Solar; a Ra, dios de Heliópolis. De esta manera se convirtio en la principal divinidad de la religión egipcia.
Una historia de un secreto maldito o misterio es la que envuelve a esta princesa que al parecer no llego a descansar eternamente. Eran más o menos finales del año 1500 A.C., cuando Amen-Ra tras morir y ser momificada fue enterrada en un sarcófago en Luxor, a las orillas del Nilo. Permanecio cerca de 34 siglos ajena a la avaricia humana y descansando plácidamente hasta que en el siglo XIX durante unas excavaciones se encontro su ataúd y presumiblemente se destapo la maldición. Tras el fabuloso hallazgo del sarcofágo (bien decorado como mandaba la tradición) fue vendido a un grupo de ingleses con alto poder adquisitivo.
Aquí es cuando empieza la maldición de Amen-Ra ya que el primero de ese grupo de amigos ingleses nada más recibir el objeto de colección se marchó rumbo al desierto con la mirada pirada adentrandose en las calientes arenas egípcias. De él jamás se supo nada ya que presumiblemente murio perdido en el desierto. El segundo del grupo sufrio un accidente fortuito del que tuvo que ser amputado su brazo derecho y el tercero se sumio en una profunda crisís que le llevo a romper con todo y acabar en la indigencia por las calles de Londres.
El siguiente rastro donde se situa el sarcofago de Amen-Ra es en el mismo Londres en una colección de una familia adinerada. La maldición no tardo en llegar, provocando la muerte de tres de sus miembros en un terrible incendio en su casa. Esto empezaba a ser muy peculiar ya que más tarde, transportistas que manipulaban el sarcófago dirección el Museo de Londres, sufrieron una serie de catástrofes desdichas que a más de uno le provoco la muerte.
Las leyendas empezaban a estar en boca de todos y más aún cuando el espíritu de Amen-Ra comenzó a expresarse. Sollozos, gritos, golpes y arañazos rompían el amenazador silencio de la noche en el Museo dejando en los vigilantes profundas depresiones y miedo a su trabajo. Algunos decían que los objetos por la mañana amanecían cambiados de sitio y uno de los vigilantes nocturnos murió repentinamente de vuelta a casa.
Decidieron esconder el sarcófago en los los sótanos del museo, pero aún así, los sucesos extraños no se detenían. Un periodico de buena tirada nacional quiso hacer un reportaje sobre estos extraños sucesos y a la hora de revelar las fotos que había sacado el fotográfo obtuvo una aparición fantasmal que le miraba fijamente en una de sus fotográfias. Entre la curiosidad del caso y el no dar respuestas a esa aparición llevaron a este humilde fotográfo al suicidio.
El museo acabó por deshacerse del sarcófago pero curiosamente su rastro se perdió. Hoy en día nadie sabe dónde esta el sarcófago ni quien lo puede tener, pero una cosa esta clara; Amen-Ra ya puede descansar para siempre.
Suena Canibus - No Return (Instrumental)
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